El EBITDA. No es oro todo lo que reluce

Empezaremos por el principio y EBITDA corresponde a sus siglas en inglés de Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization. «Caray, con el pedazo nombre». Lo que en castellano se traduce como Beneficios Antes de Intereses, Impuestos, Depreciaciones y Amortizaciones (BAIIDA).

Esta definición nos obliga a hacer un esquema mental para saber donde nos situamos en la cuenta de explotación analítica para calcularlo. Éste es el esquema:

Ventas

(-) Coste de las ventas

= Resultado bruto

(-) Costes fijos (sin depreciaciones ni amortizaciones)

= EBITDA

(-) Depreciaciones y amortizaciones

= Resultado operativo

Y sí, es necesario partir de la cuenta de explotación analítica ya que si empezamos por la cuenta de explotación contable deberemos practicar antes la variación de existencias para saber el coste de las ventas. En la cuenta de explotación analítica no hace falta ya que la variación de existencias está siempre incorporada.

Vista esta aclaración y, siguiendo con el esquema se puede observar que las depreciaciones y amortizaciones están fuera del cálculo ya que no suponen ningún pago, sólo un gasto o un ahorro. El ahorro es en el caso de las amortizaciones ya que permiten reponer los medios de producción una vez acabada su vida útil.

Es decir, para que todo el mundo lo entienda, el EBITDA parte de la cuenta de explotación analítica y, da las ventas como cobradas y los gastos como pagados (recordemos que las depreciaciones y las amortizaciones no son pagos). Vuelvo a insistir, el EBITDA da todas las ventas como cobradas y todos los gastos como pagados (sin contar las depreciaciones ni las amortizaciones).

De esta manera, podemos entender el EBITDA como el Beneficio Operativo de Caja. Y aquí viene el problema si se confunde EBITDA con Free Cash Flow (FCF) o Flujo de Caja Libre, porque no son lo mismo.

El FCF tiene en cuenta los créditos comerciales, es decir, los créditos a los clientes y los créditos de los proveedores más el de los acreedores además de los inventarios y la tesorería mínima. Los más avispados dirán que eso son las Necesidades Operativas de Fondos (NOF)… Pues, claro.

Inventarios

(+) Clientes

(-) Proveedores y acreedores

(+) Tesorería mínima

= Necesidades Operativas de Fondos (NOF)

Si la empresa no tiene inventarios, no da crédito a sus clientes, los proveedores y los acreedores no le dan tampoco crédito, pues el EBITDA se aproxima mucho al FCF pero sigue sin ser lo mismo.

Esto lleva a pensar que, aquellas empresas que ansían vender ofreciendo mucho crédito a sus clientes (con el riesgo de impago que conlleva), grandes inventarios (sin apenas demanda) y que los proveedores no le dan crédito (porque no se fían)… Sí, esa empresa puede tener muchos beneficios y un EBITDA precioso pero, el FCF será penoso. Es decir, no genera dinero y durará poco.

Cabe destacar también, que el FCF será el flujo de caja que queda en la empresa para pagar a los bancos y remunerar a los socios (accionistas). Con el EBITDA, no se sabe… Se necesita algún múltiplo para ponerlo en relación con alguna otra empresa del sector para saber si las cosas le van bien.

Completando el esquema e incluyendo los impuestos y las variaciones en el activo no corriente (CAPEX), tenemos:

EBITDA

(-) Depreciaciones y amortizaciones

= Resultado operativo

(-) Impuesto sobre sociedades

= Resultado operativo después de impuestos

(+) Depreciaciones y amortizaciones

= Flujo de caja bruto

(+/-) Variaciones en las NOF

(+/-) Variaciones en el activo no corriente (CAPEX)

= Flujo de Caja Libre (FCF)

Con este esquema, se puede observar lo lejos que está el EBITDA del Flujo de Caja Libre. Por lo que empresas que sólo enseñan el EBITDA, hay que obligarse a calcular el FCF para tener una visión global de si la empresa genera el suficiente flujo de caja para pagar la deuda financiera a los bancos y remunerar a sus socios (accionistas). Es decir, si en realidad gana dinero.

Vale, ahora lo admito, que si no hay variaciones en las NOF ni en las CAPEX, el EBITDA y el FCF coinciden pero eso casi nunca ocurre en realidad. Como mucho, en empresas cuya actividad sea muy simple.

4 de febrero de 2022

José Antonio Marín Consuegra (CEO)

Soy Director Financiero Externo y Jefe de Finanzas Corporativas (C-Level) en JMarin Consulting – Consultoría Financiera. Este blog es para que aprendas cómo crear valor en tu empresa mediante las finanzas empresariales y las nuevas tecnologías, en exclusiva.

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