Si tienes un proyecto de inversión a la vista, conocer la prima de riesgo asociada a tu proyecto puede ser la clave del éxito. Por el contrario, no conocer los riesgos asociados a tu proyecto pueden transformarse en el mayor de tus fracasos.
Sabemos que de cualquier inversión se espera obtener un rendimiento pero, ¿cuánto? Contestar a esta pregunta es la clave y, la prima de riesgo te lo va a decir. Lo único que necesitas son unos pocos datos del mercado o del sector.
Definimos prima de riesgo como el diferencial entre aquellas inversiones las cuales no llevan un riesgo asociado y las que sí lo llevan. Es decir, los bonos y letras del Tesoro no tienen apenas riesgo por lo que no tienen prima de riesgo o es ínfima. En España, más o menos, invertir en bonos soberanos está en torno a un 1% de rentabilidad (redondeando mucho). Por lo que, ese 1% será tu rentabilidad libre de riesgo.
Hemos dicho que, la prima de riesgo es el diferencial entre inversiones sin riesgo e inversiones con riesgo. Las inversiones con riesgo son todas las demás (que no sean bonos ni letras del Tesoro, claro). Por lo que, según la inversión que queramos realizar su riesgo variará y por lo tanto, su prima de riesgo. Para eso, habrá que acudir al mercado para extraer unos pocos datos pero que serán vitales.
Por ejemplo, si tenemos un proyecto inmobiliario donde esperamos adquirir una vivienda para arrendarla y obtener una renta anual, debemos fijarnos en el rendimiento que nos ofrece el mercado anualmente por esa vivienda. Si el mercado nos ofrece una rentabilidad anual del 6% por esa vivienda, la prima económica del proyecto es de un 5%. Es decir, rentabilidad libre de riesgo más la prima económica nos da la rentabilidad esperada del mercado, que es ese 6%.
Todo es muy sencillo si el proyecto de inversión lo financias con recursos propios ya sea porque has ahorrado lo suficiente o tienes reservas para ello. Si financias el 100% mediante recursos propios, mi enhorabuena…
Pero, ¿qué es lo que pasa si no te llega el dinero? Pues, puedes apalancar la inversión. Es decir, por la parte que no te llega se lo pides al banco. El banco, como es lógico, te va a exigir unos intereses a cambio por prestarte el dinero ya que estás acudiendo a la financiación ajena o más conocida como deuda financiera. A eso, se le llama el apalancamiento bruto que va asociado a unos costes por la financiación.
Si seguimos con nuestro ejemplo, puedes financiar tu proyecto inmobiliario a través de una hipoteca por lo que el banco te puede cobrar un interés del 2% TAE. Recuerda que de la rentabilidad del proyecto debes remunerarte a ti y a tu banco.
Cabe destacar que, no es lo mismo enfrentarse a un proyecto de inversión solo que bien acompañado, claro. De esta manera, se dividen los riesgos entre todos aquellos que ponen el dinero en el proyecto. Si participa un banco en el proyecto entrará en juego la conocida prima de riesgo financiera y en consecuencia, habrá gastos financieros que el proyecto deberá cubrir.
Por tanto, recuerda que:
Prima de riesgo = Prima de riesgo económica + Prima de riesgo financiera.
En nuestro ejemplo:
Rentabilidad esperada del mercado = Rentabilidad libre de riesgo + Prima de riesgo económica.
Rentabilidad esperada del mercado = 1% + 5% = 6%.
Si financiamos el 30% del proyecto con recursos propios y el otro 70% con recursos ajenos, apalancamos por el 70%. Como sabemos que el banco nos financia parte del proyecto con una hipoteca al 2% TAE, haremos:
Prima de riesgo financiera = (6% – 2%) x (70% ÷ 30%) = 4% x 2,33 = 9,33%.
Por lo que, la prima de riesgo del proyecto inmobiliario, al estar apalancado, es:
Prima de riesgo del proyecto = Prima de riesgo económica + Prima de riesgo financiera.
Prima de riesgo del proyecto = 5% + 9,33% = 14,33%.
Como se puede observar, la deuda financiera, que es del 70% del total financiado, ha apalancado el proyecto de inversión hasta el 14,33%. Pero, esto es la prima de riesgo del proyecto, a la que hay que añadir la rentabilidad libre de riesgo que es del 1%. Por lo que:
Rentabilidad exigida al proyecto = 1% + 14,33% = 15,33%.
Rentabilidad exigida por el inversor (o sea, tú) = 15,33% x 30% aportado = 4,60%.
Rentabilidad exigida por el banco = 2% x 70% aportado (en forma de deuda financiera) = 1,40%.
Total reparto = 4,60% + 1,40% = 6%.
En resumen, para que obtengas la rentabilidad que esperas y el banco el 2% de intereses por la hipoteca, la rentabilidad del proyecto debe ser de como mínimo del 15,33%. Por debajo de la rentabilidad exigida al proyecto, no obtienes la rentabilidad que esperas porque el banco cobra, seguro el 2% y el mercado no da más del 6% de rentabilidad.
Así que, debes conocer las primas de riesgo asociadas a tus proyectos de inversión para que tengan éxito.